La r inicial tiene el sonido suave de la no inicial en las voces que reemplaza a la d.
El sonido c es fuerte en las dicciones como estas: libectá, ficmesa.
El de la articulación j, cuando suple a la s, es por extremo breve i un tanto cuanto oscuro.
E vale como ej (es), i muchas veces re (de), especialmente en las palabras compuestas (lengua-e-vaca), i cuando así lo requiere la elegancia en la frase o la estructura del verso.
Er (se pronuncia eér) es equivalencia de der (del), i se aleja de er (el) tanto cuanto entre si se alejan cuantidades opuestas. Para establecer esta diferencia en lo escrito, marco este signo sobre aquella voz así: ér.
Que ér vale tanto como der, no puede revocarse a duda. Esta copla popular, tan trillada en la Costa es prueba incontrovertible:
“Rurce ej er agua der má,
I my amácga la ér rio
Tú ere ficme i yo icotante;
Tu ere tuya i yo soi mio…”
Nótese, por último, esta especialidad en la concordancia: Lo s’ojo mios; procedencia de la imprefecta i escasa pronunciacion de la s.
Tenidas en cuenta estas lijeras indicaciones, la lectura se hará sencilla además, i lo mismo acaecerá respecto a la comprensión literal del sentido de cada verso, porque son contados lo provincianismos esclusivamente peculiares al estilo vulgar de la Costa. En órden a la intelijencia metafórica i esencialmente poética entra por mucho en ello el gusto i conocimiento de las costumbres de aquellas poblaciones.
Dicho lo cual, se me ha ocurrido esta breve observación: en la poesía popular hai i hubo siempre, sin las ventajas filolójicas, una sobra copiosa de delicado sentimiento i mucha inapreciable joya de imájenes bellísimas. Así, tengo para mí, que es sólo cultivándola con el esmero requerido como alcanzan las Naciones a fundar su verdadera positiva literatura. Tal lo comprueba el conocimiento de la Historia.
Ojalá, pues, que de hoi mas, trabajen sobre este propósito, en la medida i el modo conducente a un pueblo civilizado, los jóvenes amantes del progreso del país, i de esta suerte pronto de calmará el furor de imitacion, tan triste, que tanto ha retrasado el ensanche de las letras Hispano-Americanas.