Al señor Adolfo Vargas
“–Arió niña. –Arió Señó.
–¿Cuta uté re una compaña?
–No llevo miero; le roi
La má repetira gracia…
Reme una fló e la que lleva
Con tanta gacveza y maña…
–Jamá roi lo que poseo,
Pue quien su cosa epirfarra
Rice un refrán muy sabío
Que chifla en repués la iguana.
–Ese refrán é embutero;
La jembra que é re sí ingrata
Se quera con er pecao
Y con la mateca rancia.
Mejó pa mí; naire asina
Tendrá que vecme a la cara.
Tiene un precio má subío
La manteca e puecco rancia,
Cuando é pura, que la freca
Regüerta con la gocdana…
–Será asina; ma yo insijto
En seguicla hata su casa;
No é naturá conrición
Re una hecmosa er sé voctaria.
–Le arviecto que allá en mi rancho
Tengo un perro poc compaña,
Un perro que usa peinilla,
Un perro re güena raza,
Conque si guta e vení
Rece lo que má le plajca;
En llegando le riré
Si la manteca ta rancia…!
——
“–Adiós niña. –Adiós, señor. / –¿Gusta usted de compañía? / –No llevo miedo; le doy / Las más repetidas gracias… / –Déme una flor de las que lleva / Con tanta garbeza y maña… / –Jamás doy lo que poseo, / Pues quien sus cosas despilfarra, / Dice un refrán muy sabido / Que chifla en después la iguana / –Ese refrán es embustero; / La hembra, que es de sí ingrata, / Se queda con el pecado / y con la manteca rancia. / –Mejor para mí; nadie así / Tendrá que verme a la cara. / Tiene un precio más subido / La manteca de puerco rancia, / Cuando es pura, que la fresca / Revuelta con la gordana… / –Será así: mas yo insisto / En seguirla hasta su casa; / No es natural condición / De una hermosa el ser voltaria. / –Le advierto que allá en mi rancho / Tengo un perro por compañía, / Un perro que usa peinilla, / Un perro de buena raza. / Conque si gusta venir, / Rece lo que más le plazca. / ¡En llegando le diré / Si la manteca está rancia…!”.