Escrituras de Bogotá

En el 2012 la Gerencia de Literatura del Instituto Distrital de las Artes le propuso a la ciudadanía participar en los Talleres Distritales de cuento, novela y crónica. Ya son 10 años en donde la ciudad ha disfrutado de una oferta de formación en escritura creativa especializada, de alta calidad, a cargo de reconocidos escritores y especialistas en el campo de la creación literaria.

Durante este tiempo, se ha llenado este camino de historias y, especialmente, de voluntades, lo que ha hecho posible que el programa no sólo se mantenga en los cambios de las administraciones distritales, sino que crezca, se diversifique y atendida los anhelos e inquietudes literarias de una ciudad que ve en la escritura la oportunidad de contarse no solo a sí misma, sino también a aquellos transeúntes infatigables que la recorren y que, paso a paso, narran o poetizan sus alegrías y asombros a través de un ejercicio creativo de aproximación a la multiplicidad de significados y significantes que van construyendo literariamente en su relación consigos mismos y con el mundo que les circunda.

Estos talleres abrieron la posibilidad de pensar en una apuesta ambiciosa: ofrecer el programa a más personas en más territorios. Así, en el año 2013 el Idartes organiza y abre la Red de Talleres Locales de Escritura, que brinda un taller de escritura creativa en cada una de 19 localidades de Bogotá, más un taller en modalidad virtual. La propuesta de formación está dirigida a fomentar herramientas de escritura en los géneros de la narrativa y la poética, en donde el espíritu innovador, las estrategias pedagógicas y el profesionalismo de los equipos de directores de taller, han sido fundamentales para que desde las comunidades y sus territorios se pueda entender y llevar a la práctica la escritura creativa como manifestación artística para el desarrollo y apropiación de los derechos culturales de todos los ciudadanos.

Así, Escrituras de Bogotá se ha convertido en una oportunidad para la formación de la escritura creativa en la ciudad, en donde los jóvenes, adultos, adultos mayores, amas de casa, trabajadores, pensionados, estudiantes y cualquier persona con inquietudes acerca del oficio de la escritura literaria puede participar. Bogotá es una ciudad diversa y plural, este programa está conformado por personas de diversas edades, diferentes grupos sociales, étnicos, originarios o migrantes. Esta apuesta formativa ha logrado que más de 3.800 personas, habitantes de nuestra ciudad, encuentren un espacio seguro para expresar su literatura, su mundo.

Hoy celebramos 10 años de la mano de cada uno de ustedes. Acompáñanos a vivir esta ciudad que escribe y se escribe.

Voces propias para una nueva ciudad

Por: Julián David Correa

Escribir es encontrar una voz propia. En el 2012 la capital de Colombia contaba con un sistema de apoyo al libro y la lectura como pocos: una red de bibliotecas con grandes edificios y espacios comunitarios, pequeñas bibliotecas alternativas como las biblioestaciones y los paraderos para libros para parques, colecciones gratuitas como Libro al viento, y talleres de novela, cuento y crónica que por varios años se habían realizado desde la Gerencia de Literatura de la ciudad. Esos procesos contaron con el apoyo de varias administraciones y había sido gerenciados, entre otros, por Julián David Correa, Paola Caballero y Valentín Ortíz, que había empezado a proponer un proyecto de lógicas territoriales: Escrituras en Bogotá, una red de talleres de escritura con nodos en cada una de las veinte localidades. En 2012 la propuesta obtuvo unos recursos especialmente destinados al proceso que obtuvo Clarisa Ruiz, la secretaria de cultura de la ciudad.

En su primer año Escrituras en Bogotá contaba con 30 cupos para 21 talleres, uno por cada localidad más uno virtual, y a esa invitación llegaron más de mil proponentes. Los tres talleres de narrativa habían estado a cargo de Nahum Montt (novela), Carlos Castillo (cuento) y Christian Valencia (crónica), y a esos autores se sumó un grupo diverso de talleristas que incluía escritores publicados junto con personas de larga experiencia en trabajos con la comunidad. Ese grupo planteó diferentes metodologías para abordar el trabajo en sus talleres. Bogotá es un espacio diverso en el que es muy diferente trabajar en la localidad de Sumapaz, un territorio rural, de baja densidad poblacional y con pocas vías de acceso, o trabajar en la localidad de Chapinero, territorio de más altos ingresos, sede de universidades, empresas culturales y espacios artísticos de todo tipo. La red que creó Escrituras por Bogotá respondía a las lógicas de cada localidad. La diversidad de las propuestas del equipo se encontraba regularmente con la Gerencia de Literatura que incluía a Mariana Jaramillo, que estaba encargada de la documentación del proceso y de fomentar el intercambio entre estos talleristas. Esta red de talleres de base se complementaba con encuentros en los que participaban autores con reconocimientos nacionales e internacionales, algunos de los cuales se convertirían luego en talleristas: Roberto Burgos Cantor, Pilar Quintana o Pedro Badrán, entre otros. A muchos asistentes estos encuentros les cambiaron la vida, algunos ya venían descubriendo una voz propia en las letras y los talleres les dieron un espacio de enriquecimiento, como Daniel Ángel que hoy es un autor publicado y un artista formador del Idartes; sin embargo, Escrituras en Bogotá, como Cinemateca Rodante, y otros procesos artísticos con lógicas territoriales nunca tuvieron por meta que todos sus participantes se convirtieran en artistas, la meta fue la construcción una una ciudadanía crítica y creativa, conocedora del valor que las artes tienen para transformar la vida, una ciudadanía con voces propias capaz de hacer de Bogotá una nueva ciudad.

*Julián David Correa: Escritor, cineasta y gestor cultural.

Dirigió la Dirección de Cinematografía del Ministerio de Cultura de Colombia y la Cinemateca de Bogotá donde creó los Cuadernos de cine colombiano – Nueva época, entre otras colecciones, diseñó las estrategias de la institución, creó la Comisión Fílmica de Bogotá y Cinemateca Rodante, y gestó la nueva Cinemateca. Es uno de los fundadores del Ciclo Rosa. Dirigió las series En cine nos vemos y Sin alfombra roja, entre otros proyectos audiovisuales. Fue asistente de selección del Kurzfilmtage Oberhausen y ha sido jurado en festivales como la Berlinale y San Sebastián. Fue Subdirector del Centro regional del libro para América Latina, el Caribe, España y Portugal (CERLALC- UNESCO) y Gerente de Literatura de la Alcaldía de Bogotá. Publica en diferentes medios que incluyen la revista francesa Cinémas d ́Amérique Latine. Su más reciente libro en literatura es la colección de cuentos y crónicas Veinte viajes (Ed. Sílaba), y en cine son Tender puentes. Investigación sobre la situación de los guionistas colombianos (FDC y AGC) y Cines que cambian el mundo (Cinema23 y Secretaría de Cultura de México). Su página de Internet es: www.geografiavirtual.com

2013: inicio de la Red de Talleres Locales de Escritura

Por: Jairo Andrade López

La idea de un programa de talleres en las localidades rondaba la Gerencia de Literatura desde 2012. El tema surgió en una reunión de ganadores de Apoyos Concertados con Valentín Ortiz, gerente por aquel entonces; yo representaba al Taller Virtual de Escritores. Se trataba de articular cada taller al territorio y a las diversas líneas de fomento de la Gerencia. La intención era implementar, además de los presenciales, un taller virtual. Se hacía evidente el espíritu de construcción participativa del programa, era un panorama muy prometedor.

En 2013 se lanzó la Red con 20 talleres presenciales, uno para cada localidad, y un taller virtual. Sin duda el programa superó las expectativas. A mi modo de ver, en sus primeros años la Red funcionó como un laboratorio sobre el diseño de procesos de formación en escritura creativa, orientado al reconocimiento de lo local. El interés central era madurarlo con la participación de todos sus actores, por lo que se implementó el seguimiento mensual mediante reuniones e informes que estimaban el desarrollo de cada taller y sus estrategias. También los participantes evaluaban periódicamente varios aspectos. La Gerencia, por su parte, consolidaba y aplicaba toda esta información.

El programa maduró a buen ritmo; la mecánica contributiva, con sus necesarios ajustes, sigue vigente diez años después.

El resultado desde entonces habla por sí solo: 21 talleres que incluyen actividades como los Encuentros Distritales de Escritura, sesiones sobre edición comunitaria y derechos de autor, charlas con escritores invitados, así como la participación en Lectura Bajo los Árboles y el Picnic Literario. La publicación anual en el libro Bogotá Cuenta, la presencia en la Feria del Libro y el Festival Voces en Red redondean los propósitos iniciales.

Otra resulta, más volátil pero no menos vital, la hallamos en la comunidad de organizadores, escritores y participantes que se reencuentra anualmente alrededor de la literatura en las localidades e internet. La pandemia no fue obstáculo: con Adriana Martínez como gerente, el programa migró a la virtualidad para luego retomar su forma original. Muchas nuevas plumas han pasado por los talleres, algunas incluso ahora los dictan. Creo que la Red dejó al descubierto que un taller de escritura es también un crisol de la realidad, donde a su modo se renueva y se multiplica.

Por eso celebro esta primera década, y espero que siga creciendo y celebrando de diez en diez. ¡Larga vida a la red!

Jairo Andrade es autor del libro Enemigos imaginarios (Beca de edición Ministerio de Cultura 2019), de la novela Cadáveres de papel (Premio Internacional de Narrativa UNAM-Siglo XXI Editores, México, 2014), del libro Cuenta regresiva y otros relatos (Resplandor Editorial, 2019) y del libro Puntos de fuga (Premio Nacional de Cuento Jorge Gaitán Durán, Colombia, 2012). También ha obtenido el Premio Distrital de Cuento Ciudad de Bogotá (2014), el primer premio en el concurso de cuento IDCT (Bogotá, 1999) y el segundo premio en el Concurso Nacional de Novela Universidad Central (2009), entre otros.

Ha sido tallerista y jurado de concursos literarios en diversas entidades públicas y universidades. Desde 2009 dirige el proyecto Taller Virtual de Escritores: https://tallervirtualdeescritores.com/

Historias bajo el mismo cielo

Editora: Melba Escobar
HIstorias bajo el mismo cielo

Belleza post mórtem

Mónica Maritza Castro Vargas
Red de Talleres Locales 2013
Ciudad Bolívar

A las seis de la mañana hay que vestir la bata de trabajo siempre al lado del casillero. Al verla recuerdo el color y la suavidad de la piel de Alejandra, la número 36 de ayer. Sucede que hay días en que mueren más mujeres a causa de la violencia y a ellas toca atenderlas primero porque los noticieros vienen a preguntar. La violencia ha sido un factor común para arreglar los cuerpos, para eso el maquillaje resuelve uno que otro moretón o rasguño, trato que parezcan como si estuvieran durmiendo: deben lucir serenas. Sin embargo llegan cuerpos que representan el caos, el desorden, el leteo del infierno; uno prefiere no tocarlos, parece que el cuerpo aún les doliera.

Con el tapabocas puesto, el cabello recogido, las botas en el pie correcto, los guantes preferiblemente una talla más grande, se entra al cuarto de preparación.

Incendio en los patios

Sergio Roldán
Taller Distrital de Crónica 2014

La furgoneta traía otras cinco personas: una de ellas sangraba en la mano, otro lloraba y pedía perdón para sus adentros y los otros tres guardaban un silencio sui géneris parecido a la certeza de que todo está perdido. Tocayo pensó que su delito era el crimen más leve que transportaba esa furgoneta. Cuenta que Enrique se había lamentado de pensar en la imagen de las gemelas en el salón del Club Militar esperando su llegada. Las preguntas de los familiares, el vals sin su papá. Todo se le revolvía como en una mala escena de vértigo y, al acercarse al penal, después de muchas curvas y mucho ruido, apareció un edificio manchado de blanco. Cuenta Tocayo que comenzó a sonar en la radio de la patrulla la registradora de la canción “Money”, de Pink Floyd: “Money, It’s a crime… Share it fairly, but don’t take a slice of my pie… ”. Y los dos se miraron con una mueca de sonrisa. Al llegar, como pudo, sacó las chequeras de su bolsillo y las ocultó detrás de una caja de herramientas que estaba bajo la silla, y esposado saltó al pavimento de la Modelo, un sitio familiar, un infierno familiar.

Cartas para no llorar

Melissa Cobo Campo
Red de Talleres Locales 2013
Kennedy

Carta para una hija
que aún no nace

Las palabras son sencillas. De amores son los rezos para el
dios en que no creo. Tu padre sentado a mi derecha observa
el bullicio de tu cuerpo tejedor. Dos veces confirmamos tu presencia.
Cuánto gozo garantizar algo a través de mi vientre.
Que nazcas, que nazcas.
Tu madre.

Carta para una pequeñita
que aún no nace

No te esperaba. Fue tu madre la que te procreó, yo no sé
cómo participé. Pero prometo amarte, así las cosas deben ser.
Tu padre.

Historias de a pie

Editora: Marta Orrantia
Historias de a pie

Ronda fantasma

Leidy Urrego Martínez
Red de Talleres Locales 2014
Engativá

Niños fantasmas juegan al olvido.
Niñas pálidas acunan sus muñecas muertas.
La niñera cocina pasteles de ceniza y tierra.

Con piernas y brazos dibujan rayuelas.
Arrojan una piedra, un ojo,
brincan, 1—2—3, cielo o infierno.

Organizan guerras de agua,
toman rehenes, fusilan traidores.
El capitán ordena invasiones:
¡Hasta el último hombre! ¡Hasta la última sombra!

Pequeños, huesudos, saltan por las ventanas.
Se destrozan contra el suelo.
Por doquier hay zapatos escolares con uñas y dedos,
un guante, un saquito de patos,
una cabecita con los ojos desencajados y la
lengua fuera.

Todo son risas y carcajadas infantiles.
Los zapatos con uñas y dedos corren a esconderse,
el guante trepa por las paredes,
el saquito de patos grazna,
la cabecita hace trompetillas con la lengua.

Ellos juegan a que están vivos,
a que nunca se fueron.
Cantan sus rondas, cuentan sus sueños…

Las bogotanas que no tragan entero

Raúl Piamonte Peña
Taller Distrital de Cuento 2015

El programa de la Asociación de Comedores Compulsivos comenzó en 1960, en la ciudad de Los Ángeles,la tierra de los atléticos cuerpos californianos. El programa consta de doce pasos precisos y comprobados para vencer el mal. Cada comedor los puede escalar a su ritmo. Algunos llegan hasta el paso tres y abandonan. Otros suben hasta la escala ocho y allí se quedan esperando los refuerzos que nunca llegan.
—Paso 1. ¡Admitimos que éramos impotentes ante la comida y que nuestras vidas se habían vuelto ingobernables! ¿Alguien desea comentar su experiencia?
Una mujer a mi lado levanta vigorosamente su mano.
—Hola, soy B… y soy comedora compulsiva.
Al unísono todos contestan:
—¡Hola B…!
Entonces B… continúa:
—A los compañeros nuevos les digo: Creo que lo más terrible es la mentira. La compulsión de comer se vale de la mentira. Yo llegaba a donde mi suegra y me preguntaban: “¿Ya desayunó mijita? Y yo miraba los croissants, la mermelada y los huevos y descaradamente decía: “¿yo? Noooo” y me sentaba para mi tercer desayuno del día.

Marieta: la sirena de los labios encantados

Dayana González Fajardo
Red de Talleres Locales 2014
Mártires

Marieta no tenía memoria fotográfica, ni cerebro de genio, simplemente tenía la habilidad para recordar cada beso dado, cada beso recibido, del primero al último. Al principio no lo hacía conscientemente, era algo innato, instintivo, natural en ella, como si hubiera sido creada para besar. Su madre murió al nacer ella, y su padre fue el encargado de criarla. Él era leñador, al igual que la mayoría de hombres del pueblo y, al igual que todos, era un hombre tosco, forjado por la rudeza del bosque y la dureza del sol. Su familia se componía únicamente de ellos dos, su padre se la pasaba el día entero en el bosque, y sólo se veían en la noche para cenar y dormir. Pasaba los días arreglando la humilde cabaña y cocinando lo que encontrara, y se convirtió en una experta clasificando sabores.

Universos de tierra y tiempo

Editora: Mery Yolanda Sánchez
HIstorias bajo el mismo cielo

Volcada hacia afuera

Cindy Martínez Martínez
Red de Talleres Locales de Escritura 2015
Usaquén

Había llovido toda la noche, una orquesta se derramaba en los tejados, en los árboles frutales, sobre los saúcos, sauces y pinos. El aire expelía los olores de la huerta y la tierra negra; se rompía el viento contra los ventanales y recitaba palabras sordas, como alguien que grita algún secreto y a la mitad se detiene, calla.

El vapor del tinto impregnaba la casa, empañaba cada objeto, lo envolvía en remolinos de humo blanco y el color del tabaco siempre encendido. Los perfumes de la tierra, la lluvia y el café, competían con el incienso de vainilla, sino dulce, sino hostigante, perdurable.

Delirio de medianoche

Johann Germán Garzón
Red de Talleres Locales de Escritura 2015
Tunjuelito

Su pecho parece la jaula de un animal aterrorizado, el sudor resbala por su frente y no entiende en donde se encuentra, el por qué lo siguen. En cada esquina, agazapado, abre aún más sus ya desbordados ojos intentando capturar una imagen familiar, algún signo de seguridad pero es en vano; entre estas viejas e innumerables edificaciones todo es extraño y ajeno, cada puerta está cerrada y asegurada, no aparece la menor luz tras ninguna ventana, todas son como ojos enormes de doble ala que le miran profundamente.
Escucha a los lejos a sus captores que se aproximan como ferrocarriles, nada los detiene, nada los desvía del invisible camino que sus pies descalzos han venido dejando entre las memorias de los barrizales.

Laberinto

Diego Niño
Taller Distrital de Novela 2016

No sé cómo hizo Ricardo para ennoviarse con ella. Tampoco sé en qué momento sucedió. Solo sé que una tarde se besaron a un costado de la escuela, junto a una caneca de basura. En ese momento sentí un dolor profundo, desconocido. Quisiera decir que en ese instante supe que ella me gustaba. Pero no fue así. A esa edad todo era difuso, como si el dolor o la alegría o el amor se equivocaran de destinatario y le cayera a otro.

Se besaban todos los días, a la misma hora, en el mismo lugar.
Lentamente, como si no tuvieran afán. Como si no les importara ser descubiertos. Yo iba a verlos para experimentar ese dolor que me quedaba revoloteando toda la noche.

Entre calles y letras

Editora: Pilar Londoño
Entre calles y letras

El acólito

Daniel Mauricio Pinilla Ramírez
Red de Talleres Locales de Escritura 2016
Usaquén

Cuando se cruzaron, Aurelio sintió un leve lazo de hermandad con el ambulante consternado, pero más que un alivio fue la exacerbación de sus miedos. Asfixiado, se detuvo al lado de una caseta de madera cubierta de maleza y con huecos en el techo. Entró en ella sin miedo de estar siendo observado, pues de no ser por el loco el terreno estaría despejado. Se arrinconó acurrucado al lado de una ventana, procurando que su rostro no se tornara visible desde el exterior. Por segunda vez en aquella mañana contuvo las lágrimas. Le aterraba el hecho de llorar sin sentir la humedad en sus mejillas. Cerró los ojos y respiró profundo, frotando sus manos como quien busca calentarse. La una y la otra parecían cuerpos extraños que tratan de reconocerse, de despertarse mutuamente, sin lograrlo.

La nieve

Fredy René Aguilar Calderón
Red de Talleres Locales de Escritura 2016
La Candelaria

Un quejido profundo me rescata de mis abstracciones. Me acerco. Quiere agua. Mojo un copo de algodón y le humedezco los labios. Me mira con ojos cansados e irascibles. Se lamenta una y otra vez. Entonces, tal como lo sugirieron los médicos domiciliarios, le retiro las cobijas y, aunque ya las piernas flaquean, me paro sobre la cama poniendo un pie a cada lado de su cuerpo; agarro de los dos extremos la sábana de movilidad que hay debajo de ella y giro su cuerpo hacia el lado izquierdo. Grita, me insulta y con su mano derecha me propina una débil palmada en la pantorrilla. Me agacho, acaricio su cara y su pelo mientras le susurro: «ya cálmate…, hoy te veo mejor… tienes buen semblante…, aquí estoy contigo… ya, ya va a pasar». Y al cabo de unos segundos la mano que me golpeó se posa mansamente sobre mi rodilla y un suspiro me indica que se va, que regresa a la inmensa y tibia llanura del sueño.

Obsidiana

Juliana Monroy
Taller Distrital de Cuento 2017

Su mamá siempre le dijo que las niñas no peleaban, que eso era cosa de hombres. Y justo ahora se le viene eso a la cabeza. Justo ahora que se acerca sólida, rotunda, apretada, la mano de Jimena Sánchez a la velocidad de un meteorito con aristas de obsidiana. Ahora que su cuerpo y su cabeza son incapaces de moverse hacia cualquier dirección, aunque ella intenta, ella quiere, quiere, porque esa perra le va a partir la cara en dos con ese anillo de chatarra con su pepita verde jade brillando sobre su pómulo como un láser que indica el punto exacto en que la piel se hará surco, mar de sangre y, pasado un rato, inflamación, horrible inflamación que deformará su cara.

Una ciudad que se escribe

Editora: Juan Fernando Hincapié
HIstorias bajo el mismo cielo

Guardián del ahorro

Lorena Peñaloza
Red de Talleres Locales de Escritura 2017
Barrios Unidos

Color café ocre es mi cochinillo de barro,
barro de la tierra salido de la montaña
montaña que atesora recuerdos
recuerdos de mi infancia.
Moldeé su rechoncho cuerpo
patas cortas, orejas redondas
color café ocre es mi cochinillo de barro
barro mezcla de tierra y agua.
Alimentado con monedas
de 500 y 1.000, ya no existen los centavos.
Color café ocre es mi cochinillo de barro.
―Pesado―
Barro, ahora trizas.

El baúl

Giovanni Clavijo
Red de Talleres Locales de Escritura 2017
Tunjuelito

Miró la lista pegada a la nevera:
Botar la basura.
Pagar el predial.
Reclamar los medicamentos.
Llamar a Sara.
Tachó la primera línea, tarea casi cumplida. Metió dos bolsas
pequeñas dentro de una bolsa más grande, tomó las llaves y salió
del apartamento. Cinco pisos con un dolor agudo en una rodilla,
babuchas garra de oso y la nariz congelada. Caminó hasta la esquina, puso la bolsa al lado
de un baúl grande de madera; recordó
que su abuelo tenía uno parecido. Abrió la tapa del baúl, no había
nada. Era irresistible: se introdujo en él y cerró. Afuera, alguien
silbó una vieja canción de cuna.

Amurados (fragmento)

Carlos Alberto Zea
Taller Distrital de Novela 2018

Rita quedó sembrada en su puesto de trabajo leyendo y releyendo su carta de despedida. Le agradecían infinitamente los años en la compañía, su disposición a toda prueba, el ejemplo que fue para los demás, incluso para ellos. Pero era hora de abandonarlos, la empresa tenía problemas de liquidez, aunque saldría a flote. Por ahora Rita se merecía un panorama más amplio, bellos horizontes que alcanzar.

Su casa, en ese momento, se reducía a un rancho de madera y paroi. Sus deudas personales crecían sin control. Nunca le podía enviar lo suficiente a sus viejitos, que vegetaban frente a la calle del cementerio, sobre el balcón de la casa de tierra caliente a la que ya solo iba cada diciembre. Tampoco dejó que el esposo se encargara: «Esa es plata mal habida», le decía Rita. «Allá usted», respondía él, convencido de que un día abriría los ojos. Esa noche, mientras caminaba de regreso a la rancha, haciendo acopio de recuerdos y luchas, Rita tomó la decisión. Mientras buscaba en su bolso la llave del candado de la puerta apretó el cheque irrisorio que había guardado con melancolía, en la ventanilla de tesorería. Abrió para levantar al marido a trabajar. Al día siguiente el periódico amarillo título: «En una fábrica del suroccidente de Bogotá arrasaron hasta con las tejas…».

Una ciudad entrelíneas

Editora: Jineth Ardila
Una ciudad entre lineas

9:00 a.m.

Vaitiere Rojas Manrique
Red de Talleres Locales de Escritura 2018
Kennedy

Te desperté
para liberarte de la frugalidad
de nuestras vidas migrantes,
sin nevera llena de frutas y golosinas,
sin televisor ni radio con qué pasar el rato,
sin los libros que perdimos y vendimos,
sin tus juguetes que no cabían en las maletas de lo necesario.

Cuando comiences a saber
de las cosas de este mundo,
déjale el miedo a mi pecho
y trae a esta vida tu sonrisa de otros mundos.

Por ahora, déjame vestirte
para que comas y juegues en el jardín.

Volante

Diana Moreno
Red de Talleres Locales de Escritura 2018
Taller Virtual

Repasaba la acera para dar mi siguiente paso cuando vi un volante frente a mis ojos. Lo recibí porque no tenía el espacio suficiente para rechazarlo y lo arrugué en mi bolsillo. Subí al bus, busqué una silla que no fuera azul y descargué toda mi humanidad buscando la mejor posición para dormir durante las dos horas de viaje. Antes de cerrar los ojos, esculqué mis bolsillos para revisar el cambio y encontré el volante. ¡Le ayudamos a elegir la mejor forma de suicidio! Llámenos y pida su cita. Leí nuevamente el enunciado convenciéndome de que debía haber leído mal la palabra subsidio.

Mortopía

Luna Laverde
Red Comunitaria Trans 2019

¿Cuánto tiempo más me seguiré sintiendo así?
¿Nada es suficiente?
Ayer, en la calle, creí que me iban a matar. A veces, siento que cualquier moto es un paraco que solo espera el momento adecuado.
Desde niñx he tenido pesadillas. Hasta el sol de hoy solo he tenido dos sueños bellos:
Robinson Gómez se despidió de mí con un beso en la boca en la cima de la más alta montaña de Los Andes una semana después de haberse matado. Jamás tuve la valentía de sentir su piel cuando todavía podía tocarlo.

Decir los días

Editora: Ana María González Sanz
Decir los dias

Dayanna Reyes Copajita

Dayanna Reyes Copajita
Red de Talleres Locales de Escritura 2019
Ciudad Bolívar

Mañana, cuando ya te hayas levantado, la casa arreglado y tu barba afeitado…, exactamente cuando estés a las afueras de su colegio, notarás el silencio. Estarás nervioso y también impaciente. Aguardarás mientras las gotas de agua caen sobre tu impermeable. Verás a lo lejos al hijo del vecino llorando y no entenderás el porqué. Sentirás inmensa curiosidad, pero te abstendrás de preguntar, por miedo a ser malinterpretado. Supondrás que se debe a un amorío adolescente. Voltearás la mirada a la puerta, aún cerrada, y cuestionarás por qué no hay nadie más, como tú, esperando. Pero no te moverás de tu sitio.

Cuando las palabras se hicieron pintura:
cien años del natalicio de Enrique Grau

Juan Camilo Rincón
Taller Distrital de Crónica 2020

El celuloide se graba mejor en la tierra caliente de la costa Caribe y fluye más sinuosamente entre rones y con amigos. El aquelarre del Grupo de Barranquilla se unió bajo la batuta del cineasta catalán Luis Vicens, el fotógrafo Nereo López y los pintores Cecilia Porras y Enrique Grau para crear, en 1954 La langosta azul, un cortometraje en blanco y negro, sin sonido, grabado en La Playa, un corregimiento cercano a la capital del Atlántico, donde los guionistas y directores eran el escritor colombiano Álvaro Cepeda Samudio, actor principal, y Gabriel García Márquez, quien apoyó desde la distancia, en Bogotá, esta obra vanguardista.

Ocaso

Kelly Rocío Mendieta
Red de Talleres Locales de Escritura 2019
Barrios Unidos

Puedo ver a través del dolor
que el abismo del tiempo
incinera tu latido.
A través de sus huellas
nos desconocemos
una vez más…
La vejez nos finge la sonrisa
y la mirada ya no es curiosa…
es estática y le ja na…
El cuerpo quieto se hincha
se vuelve l e n t o…
La oscuridad
invade el cuarto menguante
de la razón…
la sombra se confunde con el silencio
y la música también se hincha…
Yace su cadáver en las manos vacías…
Puedo ver a través del dolor
que aún sigo viva.

Casa inventada

Editora: Andrea Salgado
Casa inventada

La Ofrenda

Nohora Astrid Torres
Red de Talleres
Taller No. 6

Rogelio avanza en el recinto teniendo cuidado de no chocarse con los cacharros ocultos que alcanza a medio vislumbrar. Un humor agrio lo golpea: incienso, palo santo, coca, grasa quemada de chivo, y… prefiere no saber qué más. Se le revuelve el estómago y respira para controlar las arcadas, pues sería una ofensa vomitar. Se para a pocos metros del anciano que, a la luz del fuego, susurra y masculla mientras le da vueltas con su manos marchitas a una calabaza. El lenguaje de su infancia comienza a tomar vida.

—Tu jatunayayu se ha vuelto débil, Rogelio. La hoja de coca me ha dicho que olvidas las líneas de tu sangre. No te confundas, pues nadie escapa de los surcos de la propia tierra, Yuqa. Ahora bebe, si te atreves.

Objetos Opacos

Marcela Sepúlveda Rieda
Taller Distrital de Poesía 2021

Hay una foto de mi padre
en la mesa de centro
Está subido en un caballito de feria
de esos que traen aparejos y adornos
sombrero de charro para los niños
un ramo de flores para las niñas
A papá, contaba mi abuela,
le quedaba grande el sombrero
le tapaba los ojos
Intentaron acomodárselo
y repitieron la foto una y otra vez
Se empeñó
en mantener su ceguera
en ocultar la mirada
siempre.

Capitulo 5

Daniel García León
Taller Distrital de Novela 2020

Ese jueves no había ocurrido nada en particular: madrugar a las 4:40 a. m., calentar un café con leche, comerse un pan, bañarse, salir corriendo detrás de la buseta, ver con disimulo la falda de la colegiala de pelo negro, bajarse de la buseta llena, revisar el bolsillo de la billetera, caminar con desidia hacia el colegio, hacerle ojos de perro angustiado al portero para evitar el retardo, entrar a clase de matemáticas, ver la calva del profesor Henry, saludar a los compadres en silencio, fingir prestar atención al álgebra, preguntarse por qué una ciencia tiene el nombre de un animal de la familia de las cebras, pensar en Amanda, no anotar nada en clase, hacer un dibujo sin forma, esperar el final de la clase. No había pasado absolutamente nada raro, salvo esa incomodidad entre las costillas y la eterna pregunta: ¿cómo es que la ausencia, siendo tan vacía, llena tanto el pecho?

2022

2022, 10 años de un programa público de formación en escritura creativa que propone a los ciudadanos de Bogotá, ampliar y profundizar sus conocimientos y habilidades en la lectura crítica y la escritura como fuentes propias de la creación literaria. Hemos crecido y diversificado nuestra oferta para el programa Escrituras de Bogotá en estos años, en la actualidad el programa cuenta con cinco (5) Talleres Distritales en novela, cuento, crónica, poesía y narrativa gráfica, que se desarrollan en el primer semestre de cada año en 20 sesiones de trabajo, y diecinueve (19) talleres presenciales en cada una de las localidades urbanas de la ciudad que, durante el segundo semestre del año, ofrece 18 sesiones de trabajo a través de la Red de Talleres Locales de Escritura, y que se complementan con módulos de formación en derechos de autor, edición comunitaria, corrección de estilo y visitas de autores a cada taller, además de los Encuentros Distritales de Escrituras Creativas que cada mes invita a escritores y/o especialistas a conversar acerca de los procesos y las formas de la creación literaria. También de manera importan es necesario resaltar en la actualidad de programa, el taller especializado en edición comunitaria y el taller para libreros de la ciudad, a través de la Escuela de Libreros, que tienen como propósito, vincular a los diferentes actores de la cadena del libro, a través de procesos de formación que brinden herramientas para el desarrollo profesional de su oficio en el ámbito de la literatura. El programa ha creado un portafolio de talleres más breves y transitorios, temáticos y focalizados en escritura y apreciación literaria, que buscan responder a los intereses e inquietudes acerca de autores, temas, obras o diversas prácticas y lenguajes artísticos relacionados con la literatura.

Contamos además con la publicación de 9 títulos de la antología literaria Bogotá Cuenta, que recoge cada año, una selección de los textos más representativos del programa.

Celebrando estos 10 años, queremos hacer un merecido reconocimiento a los ciudadanos y ciudadanas que han transitado junto con nosotros cada año este camino de la escritura creativa, quienes han dado lo mejor de sí y encuentran en esta oferta de formación pública, una oportunidad para expresar generosamente parte de esos mundos que habitan y que los habitan, plasmando en el lenguaje universal de la prosa y la poesía la bifurcación de sus voces.

A ustedes, muchas gracias.

Sección Infantil

Este es un titulo de prueba en el cual mostraremos un ejemplo de