En Esta herida llena de peces, una mujer mestiza, cuyo nombre no conocemos, viaja por el río Atrato y atraviesa el Chocó con su hijo adoptivo, un niño negro cuyo nombre tampoco conocemos, con el fin de entregárselo a Gina, su madre biológica. Así, el viaje implica no sólo una terrible y angustiosa cuenta regresiva, sino también un aprendizaje del desapego como experiencia esencial del amor (materno). La lectura me dejó escindido. Por un lado, el libro tiene unos problemas políticos que pasan, sobre todo, por la exotización inconsciente o involuntaria de las personas negras y del departamento del Chocó, un territorio que, como lo han recordado las escritoras Yihjan Rentería y Velia Vidal, ha sido históricamente invisibilizado. Salazar Masso es plenamente consciente de los riesgos políticos que tiene su novela. En un pasaje leemos, por ejemplo: “Parezco la delegada de una misión comunitaria o una periodista de esas que vienen dos días, miran a la gente desde unos ojos asombrados, ausentes; preguntan lo obvio y desaparecen”. Y sin embargo, la mirada que por momentos tiene la narradora, la termina ubicando en el lugar de la delegada o periodista que viene dos días, mira a la gente desde unos ojos asombrados, ausentes, pregunta lo obvio y se va. Estos problemas, pienso, van mucho más allá del libro mismo y, por lo tanto, denotan una herida (para decirlo con el hermoso título de la novela) que ya sabemos es mucho más profunda y que trasciende lo individual: Esta herida llena de peces fue presentada por Lorena como proyecto de grado en una Maestría en Escritura Creativa en España, fue editada en España y Colombia (es decir, fue leída por distintos profesores y editores) y ha recibido muchos elogios en ambos países. Entonces, el mencionado problema de la exotización del territorio y de las personas negras termina revelando unas capas de colonialidad inconsciente más extendidas y hondas. Hago esta lectura política no sólo porque la literatura siempre, siempre es política, sino porque la novela tiene una intención constante de denunciar el racismo estructural y el abandono estatal del Chocó: Lorena escribe sobre la escasez de agua que sufre el departamento, por ejemplo, y sobre los incendios frecuentes que acaban con muchas casas. Es decir, es una novela de intervención política. Por el otro lado, y dicho todo esto, el libro está escrito con una sensibilidad poética que lo llena de imágenes poderosas todo el tiempo. La reflexión sobre la maternidad es inseparable del juego, de lo lúdico, y eso hace que la relación madre-hijo sea no sólo vital y conmovedora, ajena a la asfixia afectiva, sino un camino idóneo, al decir de Freud, para expresar y elaborar acontecimientos y pensamientos que producen angustia, desolación, frustración, rabia o miedo. Así, el juego permanente entre madre e hijo aparece como contrapunto a toda la angustia, desolación, frustración, rabia y miedo que la narradora busca señalar y que los lectores sentimos con ella y, a veces, por causa de ella. Hay, en el libro, escenas de una violencia terrible que ubican a la narradora, a los personajes, a los lectores, en una etapa prelenguaje, de llantos, gritos y alaridos. Pero como contrapunto a la violencia que lo borra todo, incluyendo al lenguaje, también vemos cómo, a partir de las preguntas que todo el tiempo hace el niño, la narradora tiene que reinventar el mundo. Así, la relación madre-hijo se convierte en el lugar donde el lenguaje vuelve a nacer. Giuseppe Caputo Escritor VER COLECCIÓN PRIMERAS IMPRESIONES Primeras impresiones: Lorena Salazar Masso - Esta herida llena de peces / Angosta Editores Literatura Categoría Charla Responsable Gerencia de Literatura Serie o programa Primeras impresiones Año 2021 ¿Qué otros contenidos quisieras ver en esta plataforma? CAPTCHA Pregunta matemática 10 + 9 = Resuelva este simple problema matemático y escriba la solución; por ejemplo: Para 1+3, escriba 4. Esta pregunta es para comprobar si usted es un visitante humano y prevenir envíos de spam automatizado. Enviar